El tratado de Versalles fue un acuerdo de paz firmado en 1919 al
finalizar la Primera Guerra Mundial por los países participantes.
Este pacto obligó a las naciones perdedoras a indemnizar a los
contrincantes; Alemania cedió territorios a Pozna y se le obligó a
reconocer la independencia de Polonia, y Francia e Inglaterra
recuperaron colonias de África. Rusia, por su parte dejó el
conflicto dos años antes de concluirse, pues se encontraba en un
proceso de cambio socio-político donde el régimen zarista luchaba
por contener la popular tendencia socialista de Lenin, Stalin y
Trosky. En América, fue Estados Unidos quien tomó el control con su
ideología capitalista; este país entró a la guerra en 1917 en
apoyo a Inglaterra y los países de la Triple Entente o Entente
Cordiale.
Los fabulosos veintes.
Si se pudiera volar alto para observar el continente europeo desde el
cielo con una vista aguada como la de las águilas y transportarnos a
1919 con la máquina del tiempo de volver al futuro, se distinguiría
la destrucción de ciudades y territorios de la mayoría de los
países. De la misma manera, dirigiendo la mirada hacia Estados
Unidos, se observaría un panorama muy diferente, pues las batallas
se libraron en campo europeo, y esto ocasionó bajas en la población
civil, destrucción de ciudades y contaminación del suelo, agua y
aire. Sin duda, este escenario puso en desventaja a los países
ganadores y mucho más a los vencidos. Estados Unidos ofreció apoyos
económicos a los países de Europa para su recuperación, y a cambio
se beneficiaron empresarios estadounidenses con la ventaja de
incursionar en el mercado europeo para comerciar sus productos.
Los consorcios norteamericanos vivieron un periodo de auge en la
década de los años veinte, y de igual manera el nivel de vida de
los estadounidenses fue de bienestar económico y social. Por un lado
tenemos a la familia estadounidense con electrodomésticos modernos,
autos lujosos de ocho cilindros y ciudades bien cuidadas, libres de
contaminación y sin los daños consecuentes de la posguerra. Por
otro lado, las familias europeas luchaban por reorganizarse y
resurgir, existía miseria y pobreza por la falta de infraestructura,
había escasez en trabajo, alimento y medicamento. Por lo tanto, fue
una situación que el gobierno estadounidense aprovechó para prestar
a los gobiernos extranjeros y ayudar de esta manera a la
reconstrucción de los países. Para tener un mejor entendimiento de
la situación de Estados Unidos, es preciso conocer la segunda
revolución industrial que se vivió a partir de la segunda mitad del
siglo XIX. El empleo del petróleo y de la electricidad hicieron
posible un avance científico y tecnológico, que aunado al
privilegio de bienestar económico y social que vivió Estados Unidos
en la posguerra, fueron factores de los felices años veinte o años
locos en este país.
Políticas transformadoras.
Mientras Estados Unidos disfrutaba de los años gloriosos, en Europa
se gestaban ideologías de patriotismo en los países que fueron
líderes en la Gran Guerra. Rusia por ejemplo, continuaba formando su
política socialista que inclinaba el control de las empresas grandes
y de los servicios a la clase proletaria. Italia intentaba resurgir
reluciendo su memoria histórica referente al antiguo imperio romano;
en cierta manera, el líder Benito Mussolini implantó una política
imperialista que llevó a la conquista de territorios como Abisinia
(Etiopía), Albania y Croacia de la región de los Balcanes.
Mussolini implantó el fascismo italiano cuyas características
fueron el establecimiento de una dictadura con intereses elitistas.
Alemania por su parte, adoptó la doctrina del Partido Nacional
Socialista (Nazi) representada principalmente por el canciller del
parlamento alemán Adolf Hitler. La ideología Nazi se remitía a la
raza aria como la escogida por Dios para imponer un nuevo orden
mundial, pero también culpó al grupo étnico-religioso judío de
los problemas económicos y sociales del continente europeo. De igual
manera, se pretendió un control total sobre la vida económica y
social de Alemania, misma que sería regida por el führer.
Alemania fue el primer país en desconocer los tratados de Versalles,
sobresaliendo el militarismo y la fuerza dominante de la policía.
Francia e Inglaterra mantuvieron sus tendencias capitalistas
desplegadas por Estados Unidos.
El jueves negro: detonante de la Gran Depresión.
El jueves 24 de octubre de 1929 dio inicio la caída de la
Bolsa de Valores de New York, suceso que originó tensión y crisis
repentina en Estados Unidos debido a la inflación, la cual causó
una excesiva oferta de productos con poca demanda. Esta tensión
desató definitivamente un ambiente de inestabilidad social,
económica y política que llevó a la ruptura de la paz, de una paz
inestable que se forjó desde 1919 con la inconformidad de algunos
países respecto al tratado de Versalles. Decisivamente el tema del
jueves negro es merecedor de un mayor análisis que vaya más allá
de lo explicativo, por eso se hablará más adelante y de manera
exclusiva sobre este tema coyuntural para todo el mundo originado
desde Estados Unidos.
Por el momento nos quedamos en lo siguiente: tras la caída de la
Bolsa de Valores en Wall Streat, los países europeos como Francia e
Inglaterra también entraron en crisis económica por la inflación.
Mientras, naciones como Alemania, Rusia e Italia fortalecieron sus
doctrinas para llevarlas a un sistema de orden social y económico
dirigido y controlado por el gobierno en ciertos casos (Alemania e
Italia) imperialistas, y por el lado de Rusia se gestó una ideología
donde el control económico estaría en manos del proletariado,
formando a su vez la creación de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS). Alemania se recuperó de la crisis
como algunos otros países, y a la vez se preparó con tecnología
armamentista para dar frente a lo que sería el rompimiento de los
tratados de Versalles, y dar inicio a las primeras declaraciones de
guerra y ataques, mismos que dieron origen a una cadena de sucesos
que marcaron de 1938 a 1945 la Segunda Guerra Mundial. Este será el
título de nuestra próxima publicación.
Fuentes:
Brom Juan, Esbozo de Historia Universal, grijalbo, vigésima
edición, México, 2000
Rodríguez Alfonso, Lecciones de Historia. Desde las monarquías
absolutas hasta nuestros días, trillas, cuarta edición, México,
2004.
www.historiaprendeh.blogspot.com
http://fama2.us.es/fde/ocr/2006/tratadoDeVersalles.pdf
http://www.historiasiglo20.org/EG/
https://www.youtube.com/watch?v=vLpWdZj7Rps
Visita: www.revistadehistoria.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario